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domingo, 9 de agosto de 2009

Confabulación de la Zorra y el Cuervo.

La zorra clava sus dos patas traseras en el suelo y se estira hacia el cielo, busca en él algo tremendo.

Y es desde el cielo que llega volando el cuervo.

Se posa suavemente en boca de la zorra.
Mandíbula abierta de ella y el cuervo verbaliza a gritos que quiere leche y ser mamífero.
En frente una boca de caverna y unos caninos.
Detrás el aire de siempre.

Y la zorra no muerde.
Y la zorra no se calla.
Y la zorra le dice que le quiere.

Una zorra un cuervo. Un cuervo negro. Una zorra salvaje.

La zorra lo disfruta y pronto quiere plumas y poner huevos.
Quiere un nido y unas alas negras y capaces. Quiere un pollo.

Tras varios momentos y siempre la zorra zorra y el cuervo cuervo, se declaran uno al otro que
cuervo-zorra y zorra-cuervo. Una declaración creadora e imperativa, categórica.

Lo bonito de esta historia es que enseguida ambos pudieron, aunque tan solo un breve instante,
cumplir deseo; el cuervo pudo tener leche y la zorra, alas.

Así el ave pudo amamantar y el mamífero echar a volar.

Se prestaron mutuamente las divinidades de lo animal, se prestaron deseos y esencias, poco tiempo, porque al fin y al cabo la zorra zorra y el cuervo cuervo. ¿Un castigo? No... una zorra y un cuervo.

Una zorra y un cuervo, una zorra y un cuervo... ¿Quizás no es posible mantener una amistad? ¿no es posible el amor? ¿No puede la zorra limpiar y peinar las plumas negras con su lengua dulce y roja? ¿No puede el cuervo desparasitar con su pico el pelo de la zorra o rascarle la espalda? ¿No pueden quererse un cuervo y una zorra?

En esta fábula siempre podrán y ya queriéndose los dos animales por los ojos, paseaban la campa en primavera en un mundo verde lleno de microsoles y amapolas.

La reflexión en su conversación vino dada por la luz, por el pelo y por las plumas.
Dice la zorra en postura de zorra – La felicidad es grande y esférica, se mimetiza, se camufla, ahora está aquí, lo nota mi olfato,[...] el aire ha cambiado de densidad, contiene cierta esencia instrumental, es un aire ligero y no me cuesta respirar, pero es un aire bien armado,[...] hay cierto trabajo en esto –.

Añade el cuervo con postura de cuervo sobre el vallado sin gota de viento, con las alas abiertas, presumiblemente contento.– lo noto en mi aerodinámica, en mi navegación, en mis vuelos. Está todo lleno de pequeñísimas partículas que se agitan con libertad al son de la música, de tus ojos, de tu lengua y de tus tetas... me encanta volar con felicidad, ¿te he dicho ya Zorra que me encanta tu pelo de zorra? -.

Moraleja: Una zorra salvaje y un cuervo negro se amaron en libertad!... y todos los murciélagos de la noche son hijos del amor. Y un día de sol no sería nada sin un día de tormenta. Y que un sueño eterno, se cumple en tan solo un momento.

sábado, 9 de mayo de 2009

Paradoxus II


"¡No soy hestúpido!"




Paradoxus.

martes, 24 de febrero de 2009

Premisas de martes por la mañana.




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foto publicada en flickr.com
por andasicomoshispop bajo (cc)



Me gustan las premisas que llegan los martes por la mañana, en forma de cita salvaje que derepente cabalga neuronas siendo capaces de todo.

Llega un punto en el que carece de sentido si dichas premisas son verdaderas o falsas, porque las citas de los martes por la mañana se presentan en mi realidad como un imperativo categórico que navega en los mares de las lógicas formales.

Kipling dijo, y cito textualmente:

"Cambiando yo, cambiará el mundo"



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