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martes, 10 de julio de 2007

Cazadores de Ciudad.



Cazadores de ciudad
que nunca os veis satisfechos
no me matéis en la jaula
profunda donde estoy preso.

Matarme en un sitio claro
de las montañas de Gredos
un sitio que corra el aire
y la vista llegue lejos.

Que lleven allí el garrote,
la silla y los aparejos,
que valla el juez con su coche
a hacer el levantamiento.

Que dejen a los paisanos
que suban desde los pueblos
que vean matar a un bicho
que lo tienen ya sujeto.

Que me sienten en la silla,
que me amarren con los cueros,
mirando para Madrid,
aunque yo no pueda verlo.

Maldito seas Madrid,
tu corte y tu parlamento.
Maldita sean tus leyes
y los que las hayan hecho.

Cazadores de ciudad.



de Chicho Sanchez Ferlosio.

3 comentarios:

Piollo dijo...

Joder,Iago...qué identificada me siento...justo estoy decidiendo quedarme aquí o pirarme a Valencia el próximo año...fuí la semana pasada, no sé si ya te conté..pero me sentí tan atrapada entre tanto hormigón...y tras este finde en el Norte....no sé...creo que es aquí dónde quiero estar,rodeada del verde,y el azul del horizonte...

iago dijo...

No, no me comentaste nada este finde. Ya sabes que Valencia es una gran ciudad con todo lo que ello conlleva.

Os pongo un texto de la wikipedia que habla de la vida de Chicho que como vereis, los que no conozcais nada acerca de él, es bastante peculiar y desconocida a la vez:

Biografía..

Hijo del escritor falangista Rafael Sánchez Mazas, recibió una educación esmerada y tomó pronto un camino opuesto al de su padre, integrándose en la oposición al régimen de Franco y aplicando su talento poético a la composición de canciones antifranquistas. Una de ellas, Gallo rojo, gallo negro, se difundió como si fuera una canción anónima de la Guerra Civil, convirtiéndose en un himno de la lucha contra la dictadura.

La trayectoria de Chicho Sánchez Ferlosio va unida a la de su amigo Agustín García Calvo, de quien musicó con acierto muchos poemas. Ambos optaron por permanecer al margen de la cultura oficial, actuando donde quiera se les llamara o les apeteciera, pero sin mostrar el menor interés por la promoción comercial. Sólo en una ocasión se dejó arrastrar al estudio para grabar un LP, A contratiempo (1978, editado en CD en 2007). Preguntado sobre si el disco había envejecido mal, Ferlosio respondió sarcásticamente que había nacido ya con graves malformaciones. En realidad, el sonido reproduce fielmente sus actuaciones en directo, con instrumentación austera pero un gran talento melódico.

Fascinado con el personaje, Fernando Trueba le dedicó una película inclasificable, Mientras el cuerpo aguante (1982), elogio de la bohemia que nos presenta a Ferlosio actuando y charlando sin descanso hasta caer rendido.

Durante los años de la democracia, Sánchez Ferlosio estuvo siempre allí para musicar las protestas sociales: contra la corrupción del PSOE y la Guerra Sucia (a través de sus letras, publicadas en El Mundo) y más recientemente contra la guerra de Irak y el despido improcedente que sufrieron los trabajadores de Sintel.

Para los cantautores que empezaron a trabajar a finales de los 70, Ferlosio era a la vez un mito y un amigo fiel, presto a colaborar con quien se lo pidiera. Actuó a menudo con Jesús Munárriz, cantautor antes que poeta y editor. Convenció a Javier Krahe para que se estrenara en los escenarios madrileños. Joaquín Sabina hizo famosa una de sus canciones, Círculos viciosos. Como letrista, colaboró con Alberto Pérez en los dos discos que éste dedicó a la música de baile, Sobre la pista (1990) y Tiempo de baile (1999).

A finales de los 90 colaboró con Albert Boadella y Jean Louis Comolli en Buenaventura Durruti, anarquista (1999), un documental que sigue al grupo Els Joglars durante los ensayos de una obra dedicada al mítico revolucionario ácrata. Entre ensayo y ensayo, Ferlosio aparece como juglar callejero interpretando canciones que glosan distintos momentos de la lucha de Durruti. Compuestas para la película, parecen sin embargo piezas de época, en la tradición de los mejores romances de ciego. Aunque nunca salió en un formato comercial, este Romancero de Durruti puede encontrarse (lo mismo que su disco descatalogado) a través de programas de P2P, como EMule.

Colaboró también en la versión cinematográfica de la novela de Javier Cercas Soldados de Salamina (2003), dirigida por David Trueba, donde se interpreta a sí mismo y aparece hablando de su padre a la protagonista.

Tras su muerte en 2003, su amigo Amancio Prada le ha rendido tributo con su disco Hasta otro día, Chicho Sánchez Ferlosio (2005), que recoge varias composiciones de Chicho y otras ajenas que le eran especialmente queridas. El disco pretende dar a conocer al público canciones de primera fila que nunca fueron grabadas o son hoy inencontrables. Prada recuerda en el libreto del disco que muchas de las canciones de Chicho son consideradas populares y reconoce este hecho como la máxima condición a la que puede aspirar un compositor.

El disco de homenaje puede ser un primer paso para la recuperación de más material inédito. En una entrevista reciente a Prada, indica éste que "unos amigos intentan reunir ahora toda la documentación dispersa de Chicho para su posible ordenación para su edición"

Puede también considerarse un homenaje la Milonga del moro judío, canción compuesta por Jorge Drexler e incluida en su disco Eco (2004). Drexler partió de un estribillo de Sánchez Ferlosio, que fue glosando en sucesivas décimas:

Yo soy un moro judío
que vive con los cristianos,
no sé qué Dios es el mío
ni cuáles son mis hermanos.

Piollo dijo...

Pues sí que tuvo una vida intensa, y no la conocía...muy interesante..plena,supongo..