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jueves, 31 de mayo de 2007

Sorprende especular con las palabras.

"Sorprende especular con las palabras"... Interesante frase. Así da comienzo una interesante reflexión atemporal de Fonollosa.

Si el futuro nunca llega, del presente nos damos cuenta inmediatamente tarde y el pasado es irecuperable y prácticamente irreal... ¿donde coño estamos viviendo? ¿Que coño es todo esto?
¿Por que?
¿Te has "parado" a pensar en esto? Es como si fuésemos una broma. Un juego absurdo en el límite de lo potencial y de lo nunca jamás verdadero. Somos una vacilación estúpida desde el momento en el que el que Todo se desdobla en energía y materia... Creo que el tiempo puede ser un efecto secundario de algo mayor... Somos, los seres humanos, un grano en el culo de alguien.


Sorprende especular con las palabras. El futuro no existe. No ha llegado, ni nunca llegará, hasta mi presente.

El presente no existe. Al darme cuenta del instante en que vivo éste es pasado.

El pasado no existe. Al evocarlo contemplo algo que ha muerto ya en el tiempo.

Pero el tiempo no existe. Entonces yo ¿no viviré, no vivo, ni he vivido?

Asombra a donde llevan las palabras. No soy una abstracción. Yo soy materia y ésta cumple su ciclo en el espacio.

Desconozco en qué espacio. Es una incógnita. No alcanzo a conocer sino de límites.

No sé si cumplo bien lo a mí asignado, ni cuál es mi tarea tan siquiera.

Acaso formo parte de algo, o de alguien, para mí de tamaño inconcebible,

como ínfima bacteria o humilde célula de ese cuerpo en el cual emerjo y muero. Como lo hacen en mí ignorados seres.


"Carrer de sant Antoni de Pàdua"

Ciudad del Hombre: Barcelona.

J.M. Fonollosa.


sábado, 19 de mayo de 2007

Por las mañanas.


Por las mañanas, en las tierras campas, hay que caminar con tiento, tranquilo.
Intento no hacer ruido, moverme como uno más de los que allí habitan en paz. No hay manera. A mis pasos los grillos se callan, las ranas de las charcas se tiran al agua, se esconden, y el cuco deja de ser cuco y se camufla entre ramas de arboles cercanos. Deben captar el olor a humano e incluso alguna maldad oculta en mi... ¡¿pero que le podría hacer yo a alguno de ellos?!

No se me escapan las plantas, se dejan contemplar.

Dicen que la primera vez que en el año oyes cantar al cuco y llevas dinero encima, es una garantía de que la cuestión monetaria va a ir bien durante todo el año. Yo no llevaba dinero, pero la primera vez que lo oí cantar este año, llevaba el corazón inmenso y la respiración era profunda. No se que le parecerá esto al Sr. Cuco. A mi me parece bien.

Primero hace frío, es muy temprano. La hierba mojada moja. En cuanto empieza a salir el sol, el bicherío trata de hacerse oir. Hay mil y un cantos de pájaro. Los hay cantores de primera. Es agradable y comfortable. El sol no hace más que cosquillas y sombras. Es una buena hora para coquetear con el mundo.

Más arriba, en la montaña, los abejarucos dan un baño de sonidos y colores a la mañana. Vuelan en grupo pero desorganizados, a toda velocidad. Son una pandilla especial. Pilotos de primera. Se comen a las abejas en el aire.