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lunes, 18 de junio de 2007

El caminate, el hecho de caminar y eso de que "se hace camino al andar"

Foto de María, en un campo de Cotobade, Pontevedra


El Camino se hace mejor si uno no mira el continuo devenir de sus pasos, sea rítmico o taquicárdico. En algunas culturas, este hecho, se consideraría tortura. No mire sus pies, corrija la postura, haga el favor. Esa espalda tiene que cargar el equipaje con salud. Sea amable consigo mismo.
El Caminante debe entretenerse con el paisaje, sentir las piedras bajo los pies, que son el mundo, entero. El Caminante tiene carta blanca para establecer comunicación con la materia, sea viva, sea muerta. Como es el caso del caminante feliz que conocí, que no dejaba de comunicarse; con las espigas de grama, hojas de otoño y maderas de olores a taninos y aceites. A buen entendedor, pocas palabras bastan. El buen caminante suele tener don de gentes y sino, que lo intente.
El caminante no solo debe de ver el horizonte, sino entenderlo. Este último hecho resulta más sencillo si el caminante detiene su marcha en los crepúsculos, momentos en los que el Horizonte accede a parlotear un rato y se deja ver menos duro, dándonos buenos momentos de charla y compañía. Ah!, el Horizonte!, viejo amigo infinito de los amantes de la curvatura de la tierra, que placer conocerlo!.
El caminante elije el camino, omitan derroteros definidos, solo conducen a ninguna parte, sean críticos, entiendan la topografía. El caminante es libre. Comprendan el esfuerzo de las grandes pendientes y disfruten de la magnitud de las grandes llanuras y de los suaves prados, son estos momentos como cualquier otro para el disfrute, pues en realidad, el buen caminante, disfruta tanto en el más duro repecho, como en la senda más dulce, pues tiene el mundo bajo sus pies y en sus manos, en su acción, el caminante tiene el don de la palabra, la capacidad de articular la expresión, de movilizar si cabe corazones, de dejar dicho, que es lo que importa. El caminante debe de dejar dicho, pues es un lastre inecesario para el camino. Es llevar arena en los bolsillo, pudiendo llevar fruta. Tan sencillo y tan placentero como dar un paso adelante o tan sabio, como darlo hacia atrás. El Caminante cuenta con el beneficio del Tiempo, que entiende todo, a su manera, eso si. Responde siempre, tan tecnócrata él como el que más, sin embargo, si eres amable con él, hasta te olvida.
Bon voyage!

2 comentarios:

Piollo dijo...

gracias Iago...muchas gracias...necesitaba que alguien me recordase todo esto...y tú lo haces muy bonito..un beso.

iago dijo...

gracias a ti mi principal lectora.
bueno, pues ahora las poesías prometidas, aprovechando la temática